Mansedumbre
Con dulzura y mansedumbre se conserva la autoridad y se corrigen los males mejor que de ningún otro modo. San Pedro Poveda, Covadonga 1909.
La luz que alumbra
La casa de la Santina será la lámpara que lucirá perpetuamente delante de la santa Cueva..., para tributar testimonio de reconocimiento a la Santisima Virgen, por los imnumerables beneficios que por su mediación dispensó Dios nuestro Señor a la Institución Teresiana..., para pedir día y noche a la Virgen de Covadonga que la Institución Teresiana conserve perpetuamente su primitivo espiritu. San Pedro Poveda 1933.
Despedida de la Virgen de la Cueva
Adiós, Madre del alma, ya dejo este lugar sagrado para marchar de nuevo a mis ocupaciones y trabajos. Yo me retiro en cuanto al cuerpo de vuestra presencia, pero el alma queda haciéndoos compañía y en mi corazón os llevo para no dejaros jamás. Él será, de hoy en adelante, relicario, aunque indigno, donde llevaré vuestra imagen y ésta habrá de ser mi escudo, mi fortaleza y mi consuelo en todas las tentaciones y luchas de la vida. Gracias, bondadosísima Señora, por los buenos propósitos que me inspirasteis, por los consuelos y alientos que me concedisteis; gracias por las muchas que por vuestra mediación recibí de mi Señor Jesucristo, durante mi estancia en este santuario, las cuales confío que serán principio y feliz augurio de otras muchas, que, con la de perseverancia final me adelantaseis de vuestro Divino Hijo, para con Él y en vuestra compañía vivir eternamente en la gloria. Amén. San Pedro Poveda 1909.
La santa Cueva
La santa Cueva será siempre la verdadera cuna de nuestra Obra. Ante la imagen de la Santina se oró, se proyectó, se vió, por decirlo así, el desarrollo de la Obra. San Pedro Poveda. Diciembre 1928.
La nieve llega a Covadonga y su entorno
"Abrir caminos a la esperanza..."

Hablar del desarrollo de la Obra, significa asumir una mirada lúcida y
estudiosa sobre los signos de los tiempos para discernir las respuestas
adecuadas a la encarnación histórica del carisma povedano, dice Maite
Uribe en la presentación de la Carta del Año, cuyo lema es: “Envíanos,
Señor, tu Espíritu de Sabiduría para discernir nuevos caminos”.
El mensaje se sitúa en el marco de celebraciones por el V Centenario
del nacimiento de Santa Teresa “y de ella queremos aprender a articular
la pasión por Dios y la llamada a vivir un humanismo perfeccionado y
divinizado, porque ´henchido de Dios´. Un humanismo templado en la
solidez de una vida plenamente humana y toda de Dios, dice Maite Uribe.
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